Nutrición antes y después de una cirugía

Annalisa Pistone

Nutrición antes y después de una Cirugía

Una buena alimentación es importante para que a la hora de afrontar alguna cirugía se obtengan los mejores resultados, una buena recuperación y disminución de las complicaciones y de la estancia hospitalaria.

Los pacientes sometidos a cirugía están expuestos a una serie de cambios inflamatorios  y metabólicos.

Los principales cambios metabólicos asociados a la agresión quirúrgica son:

  • Aumento del gasto energético.
  • Hipercatabolismo proteico.
  • Hiperglucemia con hiperinsulinemia.
  • Movilización de ácidos grasos y triglicéridos.
  • Retención de agua y sodio.
  • Pérdidas urinarias de zinc, magnesio, fósforo y potasio.

En la mayoría de los pacientes sometidos a estrés quirúrgico se observa un aumento del gasto energético, que varía dese un 20-50% sobre el gasto energético basal.

Uno de los principales cambios es el aumento del catabolismo de proteínas en el musculo; por ejemplo se ha demostrado que tras un procedimiento quirúrgico abdominal se pierden 40-80 g de nitrógeno, lo que equivale a 1,2-3,5 kg de musculo.

Estas pérdidas pueden contribuir a retrasar la cicatrización de la herida, afectar a la función inmunitaria y reducir la fuerza muscular tras la cirugía.

Las demandas de algunos aminoácidos no esenciales son más elevadas como es el caso de la glutamina y la arginina implicadas en el mantenimiento de la integridad de diversos órganos, en la cicatrización de la herida, síntesis proteica y liberación de hormonas anabolizantes.

Como resultado de la intervención quirúrgica aumenta además la actividad lipolítica.

El estado nutricional previo a la cirugía debe ser óptimo para garantizar que el paciente tenga una buena composición corporal para lograr una exitosa recuperación. Una intervención nutricional previa a la cirugía podría contribuir a reducir el impacto del exceso de peso y complicaciones como sangrado, infecciones, tiempo de cirugía y estancia hospitalaria.

Es recomendable que se realice una valoración completa que debe incluir el peso, IMC, el estado de la masa muscular y del tejido graso, hidratación y la ingesta dietética para establecer un plan de tratamiento nutricional. 

La liposucción es una de las mejores formas de disminuir la grasa corporal por medio de intervención quirúrgica. Sin embargo, cuando el paciente no se cuida a largo plazo, corre el riesgo de subir de peso.

Por este motivo, se hace énfasis en que el cuidado postoperatorio de los pacientes debe ser riguroso y a largo plazo. Hacer ejercicio y tener una dieta balanceada son la clave para mantener el cuerpo esbelto tras una cirugía corporal.

Todos los pacientes sometidos a cirugía estética relacionada con volumen corporal necesitarán soporte nutricional. En ningún caso debe interpretarse que la cirugía vaya a permitir que el paciente consuma de manera ilimitada cualquier tipo de alimento sin repercusión en la evolución del peso corporal. Es recomendable para los pacientes que quieran someterse a cirugía, que participen en programas de modificación del estilo de vida, con alimentación saludable encaminada a la pérdida de peso.

Recomendaciones nutricionales para la cirugía

Recomendaciones nutricionales

Algunas pautas de restricción energética preoperatorias con dietas hipocalóricas y que proporcionen más de 1 g/kg peso ideal de proteínas, con bajo aporte de hidratos de carbono, contribuyen a la reducción del porcentaje de grasa visceral. Por otro lado una dieta hipocalórica contribuye a mejorar la resistencia a la insulina, dislipidemia y el metabolismo antes de la intervención y sensibiliza al paciente frente al tratamiento que deberá realizar tras la cirugía.

Las dietas pre-cirugía deben seguirse durante un periodo de 2-6 semanas. La reducción del porcentaje de grasa es mayor en pacientes que siguen una dieta hipocalórica durante más tiempo y cuya composición corporal permite una mayor adherencia por parte del paciente.

La alimentación pre y post-cirugía debe cubrir todos los requerimientos de macronutrientes vitaminas y minerales del paciente:

-Proteínas: son el macronutriente más importante que debe controlarse, ya que facilita la cicatrización rápida de heridas y ayuda a preservar la masa magra durante el periodo de pérdida de peso. La cantidad requerida debe constituir 1-1,5 g/kg de peso ideal/día o 1 g/kg de peso real /día. Las fuentes más importantes de proteínas son las carnes magras, pescado, huevo y vegetales, derivados de soja y quinoa.

-Hidratos de carbono: deben constituir el 40-50% diario de energía y su procedencia ser variada, principalmente verduras y frutas y en menor cantidad legumbres, arroz, patatas, evitando todos los alimentos con elevado contenido en azucares que contribuyen a elevar el aporte energético.

-Grasas: alimentos ricos en grasas (embutidos, quesos grasos, frituras en general) deben evitarse ya que su excesivo aporte calórico frena la curva de pérdida de peso y facilita su recuperación. El aporte de una cantidad mínima (20 g/día) es suficiente para asegurar la ingestión de los ácidos grasos esenciales y no debe superar el 25-30 % de la energía total diaria. También se recomienda tomar suplementos de omega 3.

-Alcohol: aporta calorías y evita la oxidación de las grasas, lo que reduce la pérdida de peso y volumen. Además, su ingestión frecuente favorece el desarrollo de carencias vitamínicas (tiamina , piridoxina, ácido fólico) y minerales (magnesio, fósforo, zinc, hierro) así como una disminución de la masa ósea.

-Hay que potenciar las dosis de ácido fólico, hierro y vitamina B12 para evitar la anemia.

-También fortalecen las defensas las vitaminas A, C y E. Comer zanahorias, calabazas y frutas, aceites vegetales y germen de trigo para asegurar el aporte de la A y E. La C es importante para la cicatrización por eso se recomienda ingerir 1 g/día.

-El zinc, selenio, magnesio y el hierro se deben controlar en las dietas de los procesos pre y postoperatorios. Se aconsejan los frutos secos y las legumbres, así como mariscos, huevos y levaduras cultivadas.

-Con la indicación de antibióticos es adecuado consumir probióticos y prebióticos. Se aconsejan kéfir y yogurt con bifidus para proteger la flora intestinal.

Cuando se trata de una cirugía hay factores que pueden verse afectados por algunos alimentos. Estos pueden perjudicar la anestesia, tiempo de sangrado, curación y la función inmune, por lo que hay que evitar consumirlos antes de la intervención.

-Los alimentos ricos en azúcar pueden frenar la función inmune y provocar inflamación. Una semana antes hay que eliminar la vitamina E, K, C y B ya que pueden afectar a la anestesia y el tiempo de sangrado. También es indispensable evitar las ingestas de alcohol y de cafeína.

-El día antes de una operación el horario de la cena debería coincidir por lo menos tres horas antes de dormir, consumiendo alimentos de fácil digestión y dejando de lado las grasas.

Nutrición antes y después de la cirugía en Alicante

El objetivo de los planes de nutrición es conseguir cambios de hábitos a largo plazo y convertir a la persona en dueña de su salud por medio de la alimentación.

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